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peo ciaríos equivale a ser cristianos perfectos; porque la Tercera Orden es el evangelio en toda su perfección» (1). Benedicto XV en su encíclica Sacra Prope- diem, añade «Deseamos que no haya ciudad ni villa, ni aldea que no cuente con gran nú- mero de Terciarios (2) Y el Pontífice actualmente reinante: Que los que todavía no se hayan inscrito en esta gloriosa milicia lo hagan durante este año. (3) Quien quiera, pues, contarse en el número escogido de hijos ávidos de atender a su ma- dre, la Iglesia, no solo en lo que manda bajo pena de culpa grave, sino también en lo que exhorta y aconseja, resuélvase a dar su nom- bre a esa Orden gloriosa que cuenta entre sus filas a los mejores representantes de la cien- cia, del arte, de la nobleza y del pueblo, cuyo número asciende a varios millones. (D) 15 de Agosto de 1913. (2) 6 Enero 1921 (3) 30 Abril 1926 a