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víspera de la fiesta de la Inmaculada Concepción, ó el día 6, si el 7 cayere en domingo. Los que por enfermedad ú otra causa no pudieren ayunar, podrán susti- tuir el día de ayuno por alguna otra obra de penitencia. Les será fácil esta mortificación, si tienen presentes las pa- labras de la Virgen Santísima en una de sus apariciones: «¡Penitencia! ¡Penitencia! ¡Peniten- cia!» Todas estas prácticas, aunque muy re- comendables, no obligan bajo pecado mortal ni venial, pero el rezo de la dece- na del Rosario es necesario para ganar las indulgencias. - NOTA.—Para sufragar los gastos que ocasiona el traer el agua milagrosa de Lourdes que se distribuye gratis para los enfermos, así como para atender al decoro del culto de la Santísima Virgen, y finalmente, para socorrer en cuanto se pueda en sus enfermedades á los Asocia- dos pobres, todos, según su posibilidad, dejarán en el cepillo de la Cofradía, que