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alibi. placencia que los himnos de los angéli- cos coros, porque somos sus hijos y ella es nuestra Madre 4 quien diremos con fervor la siguiente . ORACION. jBenditos sean, Madre mia, los Ange- les que os ven tan de cerca y os alaban_ en el cielo! Cumplen ellos con un deber mio, que yo por mi ruindad olvido con harta frecuencia. Digndos, Sefiora, oir también mis voces, que 4 Vos se elevan desde este lugar de desolacién y de Ilan- to. Si interrumpo con ellas las armonias celestiales, perdonadme, Madre mia; lo hago porque sé que nunca llega 4 desho- ra un nifo 4 los pechos de su tierna Ma- dre: y yo soy nifio imbécil y veleidoso que os i para que déis fortaleza 4 mi espiritu y valor 4 mi voluntad, con que os bendiga y ame en esta vida é imi- te 4 Jestis imitandoos 4 Vos. Esta gra- cia me habéis de conceder hoy, y la que os pido en esta Novena, si conviene para la gloria de Dios, honra vuestra y bien de mi alma. Amén.