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oe — Consideracion para et dia 8° «Maria Reina de los Angeles.» Cuando la invicta Judit libré 4 su pue- blo del cautiverio y de la muerte, dando- sela afrentosa al general Holofernes, dice la Sagrada Escritura que entraba triun- fante por las calles de Betulia, llevando por trofeo la cabeza del impio, mientras el pueblo la aclamaba y bendecia lIla- mandola su gloria, su honra, su liberta- dora “tu honorificentia populi nostr?.,, Con mas fervor todavia los pueblos y las naciones saludan 4 Maria, triunfado- ra del infierno, Madre de Dios y de los hombres y Reina de los Angeles; porque Maria es realmente la honra y la gloria de la humanidad: Ella siendo como nos- otros inferior en naturaleza 4 los espiri- tus Angélicos, los ha superado en gra- cia; gracia tan soberana que ha mereci- do el rendimiento y homenaje del cielo y | de la tierra; y si los espiritus celestiales, como dice San Pablo, recibieron manda- - miento de adorar al Verbo Eterno hecho carne cuando se dign6 habitar entre nos- otros, Maria, como templo santo, donde los Angeles adoraron 4 su Dios y Sefior, recibié adoraciones de todos aquellos ‘Seres que, siendo perfectisimos, sdlo al-