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el. risima, tan cerca del trono del Altisimo, admitida en las inefables relaciones que unen las tres personas de la Trinidad Beatisima, como Hija del Padre, Madre del Hijo y Esposa del Espiritu Santo, apenas me atrevo 4 llamaros Madre, viéndome tan lejos de vuestra eminente santidad, viéndome tan miserable, tan hediondo, y viéndoos 4 Vos tan pura y resplandeciente: yo no me atreveria 4 : acercarme 4 Vos, por temor de empafiar | con mi emponzofiado aliento, vuestra ce- lestial hermosura, pero como sois tan afable y bondadosa al llamarme hijo y al- convidarme 4 que os imite, mi corazén se levanta esperando llegar 4 Vos, pues- to que me llamais... Sea asi, Sefora: ha- ced que este pobre corazén mio ame lo que Vos amais y aborrezca lo que Vos aborrecéis, y sea digno de que Jesucris- to habite en él como en su templo; y | viendo Vos en mi 4 Vuestro Divino Hijo, | me bendigdis por su respeto y sostengais mi debilidad mientras peregrinando, voy llegando al Cielo 4 reunirme con Vos para siempre. ’ Esta gracia os pido, Virgen purisima y la que pretendo alcanzar en esta No- vena si conviene para la gloria de Dios y bien de mi alma. Ameén.