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= cristianos; ved aqui los dos bandos; ja- mas los fervorosos cristianos dejaron de amar 4 Maria; nunca un impio 6 hereje consintié tal amor en su alma; pues asi como es una sefial de predestinacién, se- gun San Anselmo, el ser verdadero de- voto de Maria, el que no la ama, el que huye de Ella, lleva en su frente un estig- ma de reprobaci6n. Por eso, Maria, es aclamada por todos los cristianos como fortaleza invencible contra los enemigos de Dios; por eso sus templos fueron siempre fortalezas incon- quistables, desde donde pueblos fieles co- mo el navarro, defendieron la causa de Dios, mezclando el nombre de Maria con el grito de guerra y los vitores del triun- fo, depositando en su altar santo los lau- reles de sus victorias contra el infierno; el infierno 4 su vez, también le rinde Lomienitie con sus rujidos y maldiciones, dando claro testimonio desu vergonzosa derrota, Procuremos nosotros bendecir y acla- mar 4 Maria, uniendo nuestras voces con los coros angélicos, para tener el ‘consuelo de ser contados algun dia entre ‘los hijos de Dios y cortesanos de la Rei- na del Cielo.