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~j4— Sefiora,nos vemos cercados de enemigos, que por odio 4 vuestro Divino Hijo, nos odian y maldicen: no consintais, Madre mia, que uno solo de vuestros hijos des- maye en esta contienda, sino que ayuda- dos por vuestro poderoso auxilio seamos siempre fieles 4 nuestra fé y 4 nuestra al- tisima vocaci6én, despreciando el mundo por seguir 4 Jesucristo. Esta gracia esperamos conseguir hoy de vuestra bondadosa mano, y la que os pedimos en esta Novena, si conviene para la gloria de Dios y bien de nuestras almas. Amén. - Consideracion para el dea 4.° «Maria refugio del pecador que quiere volver @ Dios » Como la sombra fatidica del difunto Abel, y la voz de su inocente sangre perseguia al fratricida Cain sin darle unto de reposo, asi la presencia inde- ectible de un Dios ofendido que en to- das partes encuentra al pecador, y la voz terrible de su conciencia obligan al des- oo 4 huir de si mismo y del recuer- o de la vida pasada. El quisiera ocul- tarse 4 las miradas de la creacién entera que ve dispuesta 4 vengar la ofendida