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ose ORACION FINAL PARA TODOS LOS DIAS. Perdonad, Reina Soberana del Cielo, Virgen Purisima de Rocamador, si lle- vados del amor filial que 0s profesamos, hemos mezclado nuestras alabanzas, con las alabanzas de los coros angélicos, in- terrumpiendo quizaé su extatico concier- to; dispensad, si nuestros labios forma- dos de barro, se han atrevido A ensalzar vuestro santo nombfe y hablar de vues- tras grandezas, y solicitar con gemidos vuestro amor de Madre. Dignaos, oh Maria, comunicar 4 nues- tro coraz6n una chispa del incendio amo- roso que abrasa al vuestro, y con ella, valor invencible para seguir sin vacilar vuestros ejemplos, practicar vuestras en- sefianzas y navegar 4 feliz puerto, lu- chando sin cesar, con las olas de la con- tradiccién y los monstruos del abismo. Dad 4 nuestros ojos, rfos de lagrimas ara llorar nuestras culpas, dolor pro- undo 4 nuestro coraz6én, por haberlas cometido y sostened nuestra voluntad para que, con firme resolucién, enmen- demos los extravios de nuestra vida pa- sada, cumplamos en la presente con nues- tros deberes, crucificados con Jests en la cruz de nuestro estado, y consigamos