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Hi re en la imitación de vuestro Hijo Se- ñor nuestro «Jesucristro, siendo Vos nuestra guía, nuestra luz y nuestro consuelo. Amparadnos, protegednos y cubridnos con vuestra bendición. Así sea. Pracrtica.—La Serenísima Reina de los ángeles dió a Jesús en la tierra lo mejor de sus purísimas y virginales entrañas; y Jesús en retorno le dió, allá en el cielo, lo mejor de su gloria haciendo que su alma y su cuerpo vo- laran a lugar más alto y mejor que el de todos los espíritus angélicos. A ejemplo de María hagamos entre- ga total de nuestro corazón a quien, siendo Dios, quiso hacerse Hombre pa- ra rescatarnos con el precio de su san- gre. Récense tres Ave María en honra de la Coronación de la Virjon. Oración final como el día primero. cr ppans

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