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=h como dos mil pasos, a esperar en el ce. náculo el Divino Espíritu, según que les había prometido su Maestro. Medítese y pídase la gracia que se propone conseguir. ORACIÓN Permitidme, Madre, consuelo del atribulado, os diga con vuestro gran devoto San Ildefonso. ¡Oh luz de nues- tros corazones, oh medicina dulcísima de nuestras almas! Venid a sanar mis dolencias, a desterrar la noche de mis ojos, a esclarecer mi fe, a robustecer mi esperanza y a inflamar mi caridad... ¡Oh misteriosa y celestial nube que luce sobre el mundo como el sol en perpetuas eternidades! Alégranos siem- pre con tu claridad, cúbrenos con la blanca vestidura de tus virtudes, deja caer la lluvia de tu gracia y venga fe- cundidad a nuestras manos hasta dar flores y frutos en la presencia del Señor. Pracrica.—Adorar e invocar a Jesús constantemente llevando una vida ocul- ta, de unión con Dios, de oración y sa-

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