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us $8 o cadáver de Jesús. Al tercero día de sy muerte, ese mismo cadáver recuperó la vida y lleno de majestad sobrehumana, desató las mortajas que lo envolvían, se levantó del sepulero, quebró los se- llos, voleó la piedra y apareció vestido de un resplandor tal, que ofuscó a los guardas, los cuales cayeron en tierra heridos por el rayo fulminante de su SODErAano JUÉZ +0... ........ ; Al mismo tiempo los espíritus biena- venturados que aguardaban en torno del sepulero la aparición de su Creador, postrados reverentes le adoraron. Acu- dieron después los seres más adictos al Maestro que fueron algunas piadosas mujeres. Era el Domingo por la maña- na. María Magdalena, María la madre de Santiago y de José, Salomé, Juana de Chusa y varias otras corrieron y lle- garon cuando ya el sepulcro estaba abierto y vacío... Ahora principia el triunfo de Jesu- eristo sobre sus enemigos. Todos los trabajos y dolores, todas las humilla- ciones porque pasó sólo sirvieron para poner más en relieve su poder divino. Desde ahora, los cielos, la tierra y los

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