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da que los eternos designios estaban yg cumplidos alzó su mirada al cielo y en: tregó su espíritu. Junto a la cruz de Jesús estaba sy Madre, afligida, angustiada que ofrecía el sacrificio de su Hijo y sus propios do- lores por la gloria de Dios y restaura: ción de la humanidad. Acompañemosa la Virgen y como Ella escuchemos los golpes de martillo que los pecadores atestan contra la persona de su Augus to Hijo. para que repercutiendo en nuestro corazón lloremos de los hom. bres esta tan gran desventura y felonía, Meditese y pidase la gracia que se propone conseguir. ORACIÓN ¡Afligidísima Madre! Cómo quisiera yo que mis ojos se convirtieran en dos fuentes de lágrimas para llorar día y noche la crucifixión de Jesús y vuestra crucifixión espiritual en aquella espan- tosa soledad. (Jue mi corazón partici- para de aquella angustia, de aquella amargura que envolvió el vuestro desde