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Continuó Jesús el camino hasta que llegó a la colina dicha del Gólgota. He- cha por el Centurión la señal, los solda- dos se dispusieron a ejecutar la orden de la crucifixión. Meditese y pídase la gracia que se propone consegurr. ORACIÓN ¡Oh angustiosa Señora, que presen- ciasteis aquel espectáculo de ver a vuestro Hijo con la cruz y regar con su sangre las calles por donde pasaba sien- do el ludibrio de los hombres, afrentado y herido, sin exhalar una queja ni pres- 'tarle vuestros oficios de madre! Quién, qué os detuvo para no pedir a aquellos escarnecedores cesaran en sus cruelda- des para con aquel ajusticiado el más inocente y santo de cuantos pisaron la tierra? Tan sólo el cumplimiento de la voluntad del Padre. ¡ Bendita seúis mil veces, oh Madre la más amante, la más afligida, que por el amor a Dios y a los hombres consentisteis en que vuestro Hijo Divino fuera tratado con ruindad 4