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— li) — su fe ilimitada, virtudes que reveló en el coloquio sostenido con el ángel y por las que mereció que el Verbo tomara carne en sus purísimas entrañas y ha- bitara entre nosotros. Dice el ángel: **Dios te salve, llena de gracia, el Señor es contigo, bendita tú entre las mujeres.” Cabe mayor elo- gio de una simple criatura? Por lo 0 mismo, estas alabanzas jamás oídas producen turbación en aquella modes- | tísima doncella, porque contrastan con lo que creía ser y tener según su propia estima. Necesario será que el ángel ; tome la palabra y la tranquilice: “No + temas, pues, que has hallado gracia de- - lante de Dios...Darás a luz a un Hijo Ñ . . Este será llamado Hijo del Altísi- | mo.” Y María cree en los divinos eter- ll nos designios. Cree tan inverosímil Ú maravilla de poder ser virgen y madre, madre y virgen que engendra por vir- tud del Espíritu Santo a un Dios. “El que nacerá de ti será Hijo de Dios” Jesús, un Hombre Dios, Hijo de Dios e Hijo de María. Bajo la fe de las palabras del ángel acepta María el ser Madre de Dios.