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mento sobre la mesa. El irracional fué, sin detenerse. hasta donde se hallaba la Hostia Sacrosanta, inclinó la cabeza y dobló sus rudillas delanteras. Los Católicos allí pre- sentes. deshechos en lágrimas, prorrum- pieron en aclamaciones de júbilo, adoraron al Dios tres veces Santo, a Jesucristo en la Eucaristía; y no pocos de los herejes abjuraron sus errores y abrazaron la Reli- sión Católica. Ocurrió este maravilloso prodigio el año 1225. JACULATORIA.— Glorioso Taumaturgo. Ya que el Divino Jesús quiso quedarse en el Sacra mento Eucarístico, para ser mi alimento, mi con- suelo y vida, hacedme la gracia de hallar en El toda mi felicidad, mi Paraiso en la tierra, mi Viá- tico en la hora de la muerte. Así sea. Oración final y Responsorio como el día pri- mero.