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FRAGMENTO 9. DE LA VIDA DE S. ANTONIO Hallábase San Antonio en Francia. Uno - de los jefes de los Albigenses de la ciudad * de Bourges, Guialdo, se resistía a creer en la presencia real de Jesús en la Eucaristía. Para convencerse, pidió al Santo un mila- gro. Propuso tener, sin comer. a su mula 3 durante tres días. Pasados los cuales acu- diría con ella a la plaza pública, donde le presentaría por su parte la comida y que Fr. Antonio llevara consigo al Santísimo Sacramento. Si el animal, dejando el pienso que se le ofrecía, se volvía hacia la Hostia consagrada y la adoraba, se daría por con- vencido él y muchos de los suyos. Accedió el Santo. Al tercer día, San Antonio cele- ñ bró la misa con gran fervor. Acompañado A de los Religiosos de su orden y de la de los ' Predicadores salió llevando en un relicario el cuerpo del Señor. La muchedumbre que 4 se había congregado era inmensa. Llesa- j dos al punto señalado, el hereje Guialdo, ofreció al hambriento animal el pienso, mientras San Antonio colocaba el Sacra-