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A y FRAGMENTO 3. DE LA VIDA DE S. ANTONIO Había en la ciudad de Lisboa dos hom- bres de noble familia que se aborrecían de muerte. Sucedió que al diricirse a su casa el hijo de uno de ellos, joven de veinte años, fué asesinado alevosamente por el otro en la proximidad de la casa del seño1 de Bulloens, padre de San Antonio. El ase- sino tomó el cadáver y para despistar a la justicia, le arrojó al huerto del señor de Bulloens cubriéndole de tierra y de maleza. A la mañana siguiente, vistas las hue- llas de sanore, la sospecha recayó sobr aquel santo anciano D. Martín de Bulloens, quien, a pesar de sus protestas y de toda la familia, fué conducido preso y sometido a proceso criminal. La justicia humana fa- 1ló en contra del inocente y le condenó a muerte. Entre tanto el Dios de las justicias y de las misericordias hizo que su fidelísimo Siervo Antonio viera desde su celda la si- tuación angustiosa de su familia y en es- pecial de su propio padre. «Vé y defiende