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dad de la gruta, previos los consabidos saludos y encantadoras sonrisas. Preguntada qué había visto en este último día de la quincena, sólo contestó con el silencio. No faltan quienes afir- man que durante la visión con la celes- tial Señora se sonrió hasta diez y ocho veces. Instada repertidas veces tuvo que declarar que había conversado con aque- lla Señora... . ORACIÓN PARA ESTE DÍA Deseoso de seguir las enseñanzas de Jesucristo, ruégoos, Virgen Sagrada, infundais en mi espíritu valor para re- chazar a los enemigos que quieren im- pedirme su observancia. Bien sabeis que son muchos y tenaces. Sin embar- go, ¿qué puedo temer si Vos estais a mi lado para guiarme- y defenderme hasta llegar a coronar la obra con vuestra presencia? Escudo fortísimo, seguro, sois contra el que se estrellan los ardides, las per- secuciones de los hombres. Dad oidos a quien humildemente llama hoy a vues- tras puertas, no lo desatendais en sus