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DÍA SEGUNDO Por la señal de la Santa Cruz, etc. Acto de contrición y oración prepa- ratoria como el primer día. MEDITACIÓN Fidelidad a la voz de la Virgen “¿Hazme el favor de venir aquí du- rante quince días”. ¡Qué invitación tan amorosa la de la Santísima Virgen!! ¿Quién no la oirá con gusto? ¡Y quién será capaz de resistir a obedecerla? Ni el frío, ni la distancia, ni las ocupacio- nes deberán de ser pretexto, para no acudir allá donde nuestra ternísima Madre nos invite y de un modo tan imperioso. (Jue cuando la Madre habla, el hijo no tiene que hacer sino escuchar en silencio sus palabras y ponerlas lue- go por obra. La Virgen cuando se dirige a las al- más, lo hace como Madre, como Reina y como Medianera entre nosotros y su

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