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cirte, agradeciéndote eternamente que te ha- yas acordado de mi. iBendita sea la Santa e Inmaculada Con- cepciédn de la Bienaventurada Virgen Maria, Madre de Dios! Dia primero jOh Santa Bernardita! jQué consuelo tan sobrenatural sintié vuestra alma, al contem- plar por vez primera la visién admirable y encantadora de Maria Inmaculada! jCon cudn- ta devocién hariais sobre vuestra frente senal de la Cruz! j;Qué forvorosas serian las Avemarias del Rosario rezado en presencia de Maria! jCémo se elevaria vuestra alma al veros acompafada de la Inmaculada en la re- citacién del Gloria Patri! ;jOh Santa Bernar- dita!, nos alegramos en vuestra dicha y feli- cidad; nos complacemos en recordaros aquella primera aparicién. Por la dulzura que sintié vuestra alma; por Ja grande alegria que experimenté vues- tro corazén, os pedimos la gracia de amar a Jestis y Maria, inspiradnos gran devocién al rezo del santo Rosario y consoladnos ahoca concediéndonos la gracia que os pedimos en esta Novena. (Se rezan cinco Avemarias y Glorias Patris pera dar gracias a Jestis y Maria por los fa- vores concedidos a la Santa). Ruega por nosotros, ob Bienaventurada Ber- nardita. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Jesucristo. .
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