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mente explicarse solamente por las fuerzas de la naturaleza. Siempre hubo en Lourdes constatacién médica de los prodigios . Hoy todavia sigue con severidad y rigor cientifico y es atin mas riguroso y exigente el tamiz de la Iglesia para la aceptacién del milagro. Para la comprobacién de esos hechos pro- digiosos, se creéd el «Bureau Médical». Hay ademas un organismo técnico supremo: La Comisién Médica Nacional, constituida por un grupo selecto de los mejores médicos ‘de Francia. Queda ademas la segunda etapa necesa- ria: el estudio teoldgico o una Comisién Canénica en cada Didécesis, cuyo criterio es severisimo y prueba de ello es que, por ejemplo, ninguna de las curaciones de los anos 47 y 48 aprobadas plenamente por to- dos los organismos médicos, fueron admiti- das por las Comisiones Diocesanas. La Igesia, procede sin prisas y sin entu- siasmos faciles. Lo vemos claramente en el mismo reco- nocimiento de la atenticidad de las Apa- riciones de Lourdes. Hubo que esperar al afio 1869 (once afios después de las apariciones) para que un Papa hiciera oir su voz. Pio IX proclamé «la luminosa evidencia de la reciente apari- cién de la Clementisima Madre de Dios. Desde aquel momento se fué desenvol- viendo ei extraordinario suceso de Lourdes. éPor qué las multitudes y este fervor per- petuo en la Gruta de Lourdes donde se funde el oro de las almas en el chisporro- teo deslumbrante de las oraciones, de las