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En 1908: Fiestas presididas por el Cardenal Saliége con motivo del Quincuagésimo ani- vwersario de la primera aparicién de la Vir- gen a Bernardita. Se calcula que por Lourdes han desfilado para ahora mas de cien millones de pere- grinos. Solamente en 1908 pasaron de tres millones y ese niimero qued6é muy amplia- mente rebasado durante el Afio Mariano, 1954, primer centenario del Dogma de la Inmaculada Concepcidén. Y todo esto es solamente el preludio de las solemnidades incomparables que marca- ran en 1958, el primer Centenario de las Apariciones, y que traerdn al campo magné- tico de Lourdes, peregrinos de todo el orbe catdélico, si Dios quiere. Lourdes, la ciudad del dolor Lourdes es la capital de las curaciones: el dolor de! mundo, ha encontrado su cami- no hacia Lourdes. En Lourdes reina por los enfermos un respeto semejante al que se tiene al Santisimo Sacramento. La Virgen habia dicho a _Bernardita: «Vete a beber de la fuente y a lavarte en ella», y aquella agua milagrosa ha curado multitud de enfermos en Lourdes. En cochecitos, o en sillas de ruedas, en camillas, desde entonces, el mundo del dolor dirige sus pasos a Lourdes. A la mafiana es la Misa de los enfermos. Por la tarde la procesién con el Santisimo Sacramento en la explanada. El Sefior pasa ante ellos y los va bendi- ciendo: jSefior creemos en Ti! jSefior espera- mos en Ti! ;Sefior haz que yo vea! jSefior