BCCPAM000R05-4-01p04d00000000

16 tuía en Madre nuestra, Madre de los pecadores. Vos, pues, como Madre nuestra, sois nuestra Abo- gada, y nuestra Esperanza. Y por eso nosotros, llenos de confianza, entre gemidos levantamos hacia Vos nuestras manos suplicantes y clamamos a grandes voces: ¡mi- sericordia, oh María, misericordia! Tened, pues, piedad ¡oh Madre bondadosa! de nosotros, de nues- tras familias, de nuestros parien- tes, de nuestros amigos, de nues- tros difuntos, y sobre todo de nuestros enemigos y de tantos des- graciados que se llaman cristia- nos, y sin. embargo desgarran el amable Corazón de vuestro Hijo. Piedad también, Señora, piedad, imploramos para las naciones ex- traviadas, para nuestra querida patria, y para el mundo entero a fin de que se convierta y vuciva

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz