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80 de ángeles que cantaba un himno a la * resurrección y asunción de María al cielo. Consideremos las causas de este triun- fo de María. Son la muerte y corrup- ción, consecuencia de Ja prevaricación del primer hombre en el paraíso. Por eso María, exenta de la ley universal del - pecado del primer hombre, debía hallar- se exenta de la ley universal de la eo- rrupción. Aquel cuerpo inmaculado, aquel cáliz de pureza, ¿cómo había de experimen- - tar el horror de la corrupción? Y si se sometió a la ley de la muerte, esta no fué para María como para los demás mortales, un castigo. ¿Cómo ha de su- frir castigo, quien no ha cometido eul- pa? Fué un acto de humildad. Había - visto que su divino Hijo abrazó la muer- - te voluntariamente y Ella no quiso apa- recer superior a su Hijo. EJEMPLO | La niña Zulema Cámara, de diez años de edad, domiciliada en l -oNo Andes

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