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protección de la Virgen de Pompeya, comenzando la práctica de los Quince Sábados. El primer Dom mgo de Octubre fresta del Rosario de Pompeya cumplía el d cimo Sábado; cuando he aquí que es mismo día, el niño que hasta entonces se hallaba imposibilitado para moverse, comenzó a caminar como si jamás hubi.o- se tenido en sus pies defecto alguno. OBSEQUIO. Cuando la tribulación nos aflija consideremos el premio, que por ella nos espera. ORACIÓN. — Soberana Reina del Ro sario de Pompeya. Cuando la tribulación llame más fuertemente a las puertas de mi alma, no os aparteis de mi lado: sos- tenedme con el apoyo de vuestro auxi- lio, para que, sobrellevada con resigna ción, me sirva de aumento de los méri- tos celestiales, para que cuando llegue mi último momento, merezca estar más cerca de vuestro lado allí en la gloria. Así sea. ORACIONES para la Comunión de cada Sábado, pág. 18.