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¡ue no pudo bajar de la eruz, triun- tante; ¿enál sería su despecho? EJEMPLO Á causa de una hemorragia cerebral hallábase la señora Rosa Galiero postra- da en el lecho, hacía más de seis mese 3, con parálisis de la mitad de su cuerpo. Con esperanza firme de ser atendida en su petición acudió a la Virgen de Pom- peya, practicando en el lecho en compa- mía de su esposo, que también se ha- llaba en cama con bronconeumonía, la devoción de los Quince Sábados. Termi- nado el segundo Sábado, dijola su espo- so: ¿Por qué no pruebas si puedes ca- minar? Y ella le respondió: ¿Y si cai- go?... No obstante quiso complacer a su esposo y levantándose de la cama se fué hasta el cuadro de la Virgen de Pompeya sin ninguna dificultad. Al ver- se tan repentinamente curada, dió un grito de alegría y todos los que la co- nocían acudieron a su casa a presenciar el insigne favor de la Virgen. ObsequIO. — No excusarnos cuando nos viniere alguna humillación.