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la: ex y al ver a la Víctima, lanzó el ¡ 1 Mturion reunio a su gente al pie eruz y sin poder reprimir los in qu el p pulacho 121 ¿ba contra ificado, a cada blasfemia que oía, respondía en su alma con una protesta. Entre tanto las tinieblas fueron tales, ; que, sobrecogiendo de terror a las mas, en que no tuvo cabida la compa sión, se volvieron a la Ciudad, temien do la catástrofe que se avecinaba. Eran cerca de las tres de la tarde; hacía más de tres horas que Jesús pen día de la cruz. De repenie salió de su to de victoria. Todo está cor boca un g sumado. Y alzando la cabeza anunció que se despedía de este mundo. Padre, en tus manos encomiendo ms espiriba, En aquel instante inclinó la cabeza y dió el último aliento. Apenas Jesús cerró los ojos, tembló la tierra y los judíos huyeron despavo- ridos. Mas la paciencia y mansedumbre