BCCPAM000R05-4-01p03d00000000

APA ACRADOAAOS MORADA SABADO NONO Jesús CAMINO DEL CALVARIO Juntémonos con el fúnebre cortejo to- do lo más cerca posible de la celestial Víctima. Se puso al frente un centurión, a quien tocaba presidir la ejecución y mantener el orden entre los asistentes. Junto al centurión marchaba un prego- nero, llevando en alto la condenación de Jesús: en el centro de la multitud ca- minaba el Reo con la cruz sobre sus hombros. Las fuerzas eran escasas y caminaba lentamente; la turba enloquecida le lan- zaba puñados de polvo; un obstáculo con el cual tropezó su pie, lo hizo caer por primera vez; y al levantarse le fal- taron las fuerzas para volver a cargar con la cruz. En aquel momento volvía del campo un extranjero, llamado Simón, natural de Cirene. Ninguna parte había toma-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz