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Orsequio. — No rehusar el trato ninguna persona que nos haya ofend; do. OrAcióN. — Soberana Reina del sario de Pompeya. ¿Y dónde estábal Vos, mientras vuestro Hijo era tg cruelmente atormentado? ANí estaba al aleance de la mirada de sus ojos, gando por aquellos mismos que eolo ban la corona de espinas sobre su frey te. Rogad también, por mí, Madre di lorosísima, que eon mis pecados he vue to a coronar de espinas más de una ve la frente de vuestro Hijo. Así sea. | ORACIONES para la Comunión de cad Sábado, pág. 18.

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