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EJEMPLO La niña Trinidad Pruneda padeció por largo tiempo de reumatismo articu- Lar, notándose en la rte superior de su cuerpo altísima fiebre, mientras la parte media inferior tenía completamen- te fría. Durante el último mes de su enferme- dad qu dó completamer te tullida. Per- dida toda esperanza, se aguardaba el triste desenlace. La Sra. Justa Montes de Oca de Malbrán, madre adoptiva de la niña, prometió a la Virgen de Pompeya venir con la niña al Santuario y traer una limosna, si la curaba. Al día siguien- te de hacer esa promesa, la niña recobró el movimiento de sus miembros, y un día más tarde hallóse completamente cura- da. Opsequio. — Sufrir econ resignación cualquiera incomodidad en honpr de Ma- ría. ORACIÓN, Soberana Reina del Ro: sario de Pompeya. Por aquella pobreza, de que os visteis rodeada en el momen- to de venir a este mundo vuestro divino