BCCPAM000R05-4-01p03d00000000

24 Las hijas, de votísimas de la Virgen de Pompeya, Cc mocida la resolución de 1 doc- tor, invocaron a esa bendita Madre, pi- diéndola que sanase a su mamá, sin ne- cesidad de operarla. Al examinarla de muevo el doctor, a medida que tocaba con su mano la parte enferma, notaba que iba desapareciendo sensiblemente la gran inflamación, hasta tal punto que se abs- tuvo de proseguir su auscultación, por temor de que, al llegar el médico, cuya consulta había pedido, creyera que se le había llamado para un caso de ninguna importancia, La enferma, al notar tan grande e ins- tantánea mejoría, dirigiéndose al doctor, le dijo: ¿Será un milagro, señor doctor? y el doctor le respondió: será un mila- gro. Desde aquel día no han vuelto a re- petirle los ataques. Orskequio. — Practicar una obra de earidad en honor de María. OracióN. — Soberana Reina del Ro- sario de Pompeya. Como corre el se- diento al manantial, donde pueda saciar la necesidad que siente, así corro yo a Vos, manantial de toda gracia, para sa-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz