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y nosotros hemos visto su gloria, leno de gracia y de verdad. ~ R. Deo gratias. | R. Gracias a Dios. Oraciones en las gradas del altar Dicense en las misas rezadas, y fueron impuestas r el papa Leén XIII en dias calamitosos para la iglesia. Respondamos cuando el sacerdote reza tres veces el Ave Maria. V. Dios te salve, Maria. R. Santa Maria. (Tres veces). 10s te salve, Reina y Madre de misericor- dia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. A ti Ilamamos los destarrados hijos de Eva. A ti suspiramos, gimiendo y Ilorando en este valle de lagrimas. Ea, pues, Sefora abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos. Y después de este destierro muéstranos a Je stis, fruto bendito de tu vientre. jOh clementisima! {Oh piadosa! jOh dulce Virgen Maria! V. Ruega por nosotros, santa Madre de Dios. R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Sefior Jesucristo. Oremos. — Oh Dios, nuestro refugio y forta- leza, mira propicio al pueblo que a Ti clama; y™ por intercesién de la gloriosa e inmaculada Vir- gen Maria, Madre de Dios, ye San José, su i cae ass Pa Seee meer. eT

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