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consorcio te pedimos nos recibas, no como apre- _ ciador de méritos, sino como perdonador que _ eres de nuestras culpas. Por egisto nuestro Seftor. En este momento se bendecian antiguamente las ofrendas en los — de los primeros cristianos. De ahi esas cruces esas alusiones a dones, o sea, a los frutos de ia tierra ofrecidos: pan, vino, aceite, etc. P Por el cual creas siempre, Sefor, todos estos ' _ bienes, los santiiXficas, los vivilMficas, los ben¥Kdices y nos los repartes. Fin del Canon y pequena Elevacién o Rito de la oblacién de la Victima a Dios El sacerdote termina el Canon elevando la Hos- tia junto con el Cdliz. Bossuet dice que “era ce- remonia del sacrificio, levantar la victima para ofrecerla a Dios. Por tal motivo se eleva el Cuerpo y la Sangre de nuestro Sefior, que es nuestra verdadera victima”. Por el 34 mismo, y con el 3K mismo, y en el 34 mismo, a Ti Dios Padre %& todopodero- so en unidad del Espiritu Santo JK (te sea dada) toda honra y gloria. * _ El celebrante levanta la voz al terminar, a fin de que puedan todos ratificar las oraciones del Canon: V. Per émnia secula V. Por todos los si- seculorum. glos de los siglos. R. Amen. R. Amén. Es de notar que las cruces 5 as se hacen después de la Consagracién sobre la Hostia y el Céliz no og bendiciones, sino como afirmaciones pldsticas ‘de la presencia realy de la identidad del Sacri- ficio del altar con el *sacrificio del Calvario. 65
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