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nes por las manos de tu santo Angel a tu su- blime altar (del cielo), ante la presencia de divina Majestad; para que todos los que, partici- pando de este altar (de la tierra), recibiéremos — el sacrosanto Cuer§Mpo y SaniKegre de tu Hijo, seamos colmados (se santigua) de toda bendi- cién y gracia celestial. Por el mismo Crist nuestro Sefior. Amén. Lectura de los segundos Dipticos El sacerdote interrumpe de nuevo el Canon para rogar por los difuntos. ‘‘Las almas del purgatorio son. aliviadas 6 as el sacrificio ofrecido a su — intencién”, diceS. Jerénimo. CUERDATE, inadita: Sefior, de tus siervos y siervas N. y N., que nos precedieron - la sefial de la fe, y duermen el suefio de la i aals: Sefior, que a éstos (de quienes hago expresa memoria) y a todos los’ des. cansan en Cristo, les concedas el lugar del re- frigerio, de la luz, y de la paz. Por el mismo Cristo nuestro Sefior. Amén. Luego se da un golpe de pecho, y une al recuer- do de la Iglesia purgante el de la militante y triunfante. Eset a nosotros pecadores, siervos tuyos, que esperamos en la abundancia de tus misericordias, dignate darnos siquiera alguna — partecita, y vivir en compafia de tus Santos Apéstoles y Maértires: Juan, Esteban, Matias, Bernabé, Ignacio, Alejandro, Marcelino, Pedro, Felicidad, Perpetua, Agueda, Lucia, Inés, C

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