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x 7 ex, Santificador todopoderoso, Dios eterno; e y bendice %& este sacrificio, preparado para gloria de tu santo nombre. Lavatorio de manos Se purifica el sacerdote los dedos por respeto al _ Cuerpo de Jesucristo que luego ha de tocar después de la Consagracién. Tiene también esta ablucién un cardoter simbé- ~ lico. Debemos acercarnos a los sagrados misterios con un corazén puro. S. Agustin dice que ‘‘esta ace que corre sobre la extremidad de nuectros dedos, lava los residuos de nuestras manchas”. SALMO 25, 6-12 AVARE mis manos entre los inocentes, y ro- dearé, Sefior, tu altar. : * Para oir la voz de tu alabanza, y pregonar z sedee tus maravillas. Sefior, he amado el decoro de tu casa, y el lugar donde reside tu gloria. No pierdas, Dios mio, mi alma con los impios, ni la vida mia con los hombres sanguinarios: En cuyas manos no se ve mas que iniquidad, y cuya diestra est4 colmada de sobornos. Mas yo he procedido segin mi _ inocencid; *salvame, Sefor, y apiddate de mi. Mi pie ha permanecido en el camino recto; en las asambleas de ~ fieles te bendeciré, Sefior. _ Gloria al Padre.. En las misas de alias y en las misas ene é a’ del Tiatapo de Pasién, se omite el Gloria Patri.

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