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Capítulo XI. 87 Iglesia, está la sociedad invisible de las almas y de la perfección, y á fin de que esta sociedad espiritual, obtuviera su perfección, se estableció en el Taberná- culo, á donde pudiese ir á cursar en las cátedras de la sabiduría eterna, la cien- cia de todas las virtudes. El que hoy llega á nuestros corazo- nes y adoramos en nuestros altares, es el mismo que reunió á los discípulos en el Cenáculo..... «Jesus Christus heri et hodie ipse et in seecula.» Después de haber establecido la so- ciedad moral de las conciencias sobre la misma ley natural; después de haberla dotado de un elemento divino en los sa- cramentos; después de haberla señalado el término de su orientación hácia las re- giones de la eterna felicidad, quiso dar cima á su obra, quedándose El mismo dentro de esa sociedad, como su cora- zón y su alma. La Eucaristía es el corazón vivo de la sociedad espiritual de la Iglesia y de las almas. Jesucristo estará animando su vida en el Tabernáculo Santo, recibiendo la ado- ración de los fieles,