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86 El Cristo de la Eucaristía. Por aquellas obras fué movido Santo Tomás á echarse á sus piés, después de la resurrección, diciendo: «Mi Señor y mi Dios,> «Domine meus et Deus meus. Por aquellas obras, las turbas le aclama- ban por hijo de David, digno de bendi- ciones; y por ellas se sintió movido el Centurión, á abandonar el calvario, di- ciendo: «Vere filius Dei erat iste.» Este hombre á quién hemos matado era de verdad el Hijo de Dios. IL El Cristo que veneramos en el altar, es el mismo que predicaron los Apósto- les, el que fundó la sociedad cristiana, y el que informa toda la historia de la Iglesia..... El Cristo de los Santos y de la civilización, del amor y de la pureza. Jesucristo, para dar á la sociedad por El fundada, la vida y el espiritu de su pro- pio pensamiento, para hacerla dogmáti- ca, moral y social, se quedó en medio de ella, prometiendo no abandonarla hasta la consumación de los siglos. Dentro de la sociedad visible de la
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