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e y Es pa CAPÍTULO XI. El Cristo de la Eucaristía. No hay ni puede haber, sino un So- lo Cristo, que merezca la adoración y el amor de los hombres. El Cristo ver- dadero, el Dios de los Tabernáculos. Pero vivimos en un siglo ignorante, acaso, más que culpable y que ha forma- do de Jesús un concepto absurdo..... La educación religiosa incompleta, las pa- siones y las preocupaciones impiden á muchos ver á Jesús, tal cual es en su esplendorosa divinidad. El pensamien- to religioso y social de Cristo está de- formado. Para los unos, Jesucristo es puro hombre, y este es el Cristo de los uni- tarios.
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