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78 El punto de apoyo. nía límites, no deseaba más que uuna co- sa: ver restablecido en el Capitolio el culto público de Júpiter Stator, destru- yendo el de la Eucaristía;? y no diga- mos que el mundo actual rechaza estas blasfemas exageraciones. En Italia, José Carducci se hizo el poeta más popular y jefe de una escuela activísima por un himno á Satanás, y ese es el paradero natural del mundo: Ó Jesucristo por el amor, 6 Satanás por odio... O el cielo con Jesucristo, por la adoración de los altares, ó el infierno con Satanás por la abominación de las virtudes. «Nadie puede ir al Padre sino por mí,» ha dicho el Salvador. Es, pues, preciso rechazar las tendencias anticristianas de la época, y subir desde el Sagrario al cielo... ¡Oh venturoso vuelo! ¡oh sublime ascensión la que hace el alma desde la oculta mo- rada del Sagrario, al hermoso reino de la gloria! ¿Qué ha hecho el hombre alejado de Jesucristo? Ha perdido la brújula en sus navegaciones de la vida. Se ha desorien- tado en su marcha, y como el aeroplano (1) Conf. Weiss. (Die religiose Gefahr.)