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Capitulo X. 71 labriegos» en el lenguaje impio. Los que forman la sociedad culta, monopolizando el título de clases instruidas, creen que el ir al templo y arrodillarse ante el altar del Dios eucaristico, es señal de igno- rancia. Para ellos son ridículos, no sola- mente las promesas juradas, sino tam- bién la lealtad política y conyugal; ridí- culas las personas piadosas, los autores religiosos, los teólogos de oficio; ridículo quien se ocupa de asuntos morales, ri- dículas las expresiones de amor divino y de interés de Dios.»M Luis Echard llegó á decir á los ale- manes, que los únicos templos que to- davía tienen razón de ser visitados por los hombres son los teatros.» Strauss pretendía reemplazar todo cul- to divino en su patria, por óperas y sin- fonías de Beethoven. Es decir, ni Iglesias ni Hostias..... La Eucaristía es la forma de adoración y de amor, que imprime el respeto á la virtud y obliga á practicar el bien en órden de la otra vida. Cosso, cuyo odio á Jesucristo no te- (1) Vide Rodi. (De l' humanité II. 220 y sig.)

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