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EX 60 Gratitud y desagravio. nel de pólvora." Por eso era;su vida un constante acto de amor y desagravio. Para los Santos, bastaba una palabra sobre el cielo, el sonido de una campa- na, la vista de una cruz, de un pájaro volando, para que inmediatamente vola- se también su pensamiento lleno de gra- titud á bendecir á Dios. ¿Qué no podrá hacer á los socios de los Jueves Euca- RÍSTICOS la vista de Dios presente en el viril, en la Hora Santa? ¿Qué afectós tan intensos de fervor y de reconoci- miento no encenderá en su corazón? Por eso aquella hora será una obra de desagravio. Pero si en realidad queremos agrade- cerle y desagraviarle como conviene, es preciso habituarnos no solo á verle pre- sente, sino á vivir en Él, y aun según la exacta verdad, á poseerle en nosotros co- mo en una morada ó en un templo. Jesús nunca hace morada en nosotros, sino con el intento de reflejar mejor sus virtudes sobre nuestro corazón... El co- razón del hombre que delante del Taber- náculo recibe las proyecciones eucarísti- 1) Pastrovichio Vita S. Joseph. Cupert.

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