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50 La Institución. profundo por la gloria de su Maestro. No haya Judas entre nosotros. La Eucaristía descenderá á tí, como cae el grano en el surco; ambos son gér- men de futuras mieses, mieses de paz y de gozo. Aquel grano celestial nos dá el punto de partida, es el principio del mo- vimiento del alma hácia la eternidad. Entre la Eucaristía y la eterna felici- dad, hay unidad, como la hay entre el primero y último paso del viajero que tiene que caminar mucho. ¡Oh! Si muchos jóvenes alistados en los Jueves EUCARÍSTICOS, S€ llegasen al banquete celestial con celo, no se ali- mentarían por mucho tiempo con ese otro pan deilusiones, pan también de cada día, como decía Gustavo Droz, para muchos corazones... pero pan de pura ilusión..... Cuando las tribulaciones sacuden el co- razón hambriento de paz, ¡qué hermoso es tener á Jesús, por lastre dentro del pecho! Cuando los duelos abren sus te- rribles fosas en el alma sedienta de ter- nura y de cariño, ¡cuán suave es la com- pañía de Jesús; gustad y ved cuán bueno es el Señor.