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tiempo solo nos aprovechemos de sus ventajas, sino para que le busquemos siempre en medio de sus bondades y más allá de estos goces. Quiere que creamos en su presencia, que veamos sus perfec- ciones tras el transparente de los acciden- tes eucarísticos á pesar del velo que le cubre. Esas perfecciones las tiene acu- muladas en la Hostia para nosotros... Por eso se ha dicho que una Comunión bas- ta para ser santo. IV. Esperemos en la renovación de las al- mas por el Sacramento del Altar... Espe- remos de Dios y esperemos en Dios. Esperar de Dios es lo natural. Espe- rar en Dios es cristiano y la «única manera de serlo». No podemos tener es- ta esperanza sino amamos la fé en la presencia real. Le debemos ver en todas las cosas, debemos unirnos á él hasta en sus criaturas más pobres. San Francisco de Asís, el gran adorador eucarístico ha- blaba de Dios á los peces y exhortaba á los pájaros á cantarle y esque le.veía en todas las cosas, pero particularmente .