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354 Corte de fonor II Cunde en nuestros días un error fu- nesto que debes evitar con cuidado. Llámase el error de los prudentes y sa- bios según la carne; prudencia condena- da por el apostol como enemiga de Je- sucristo. Es el error de los que pretenden conciliar las costumbres malas con las prácticas buenas. De aquellos que bajo pretexto de adoptar un término medio ná son de Dios ni del diablo. No queremos ir por el camino ancho de los grandes pecadores, dicen, pero tampoco acepta- mos por yugo la práctica constante de las virtudes. Por la mañana van á la Iglesia y por la noche... ¡Ay! á la noche van tal vez á una sinagoga donde se dá culto al demonio entre el crugir de las sedas, el brillar de las luces y el palmo- teo de los palcos. No hay conciliación posible entre Jesús y el diablo ¿lo entien— des alma mía? ¿lo entiendes bien?... Dúdolo mucho mientras continúes en ese habitual marasmo de tu vida espiri- tual, por que no estando muy claro el ojo del entendimiento y muy atento el oído del alma, no se entienden estas co— : sas; pues el mundo nos ciega y la pasión nos asorda... Pero considera con suma atención que, no es el reino de Cristo para los cristianos á medias, que á ellos pueda muy bien decirse lo que S. Agus-