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352 Corte de Honor fable de mi Dios! Cómo se estremece el alma de consuelo al considerar las ri- quezas de vuestro amor! ¡Muera yo ¡mi Dios y mi todo! muera yo por el amor y no viva sino para amaros! ¡Dichoso el que sabe amaros, él ten- drá asegurado el goce de los bienaven- turados! 1993333333999 1066 E SECECCEGCA Meditación. Sobrie juste et pie vivamus in hoc seculo Vivamos sobria, pia y justa- mente en este mundo. Habiendo considerado la contradic- ción y antagonismo que hay entre Jesu- cristo y el mundo y convencidos de que el mundo es la gran Babilonia donde pe- recen muchas almas; me dirás que para salvarse será necesario huir del sigio á las ásperas soledades del yermo ó al re- tiro del claustro. Pero no. Puede abo- rrecerce el mundo viviendo en el mundo mismo. Estarás por tu condición preci- sado á tratar con el mundo y los munda- nos, pero puedes detestar las máximas de ellos. A las tres concupiscencias que hay dentro de ese mundo opone S. Pa- blo tres virtudes que pueden ejercitarse