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aq Meditación. Mi amado Jesús es todo mío en el Sacramento de su amor. Dilectus meus mihi. I Es imposible contemplar las maravi- llas del Sacramento sin que vengan al punto á nuestros labios aquellas pala- bras de los cantares Dilectus meus mihi, mi amado es todo para mi..... ¿Dónde se dá Jesús más completamente al hom- bre?... ¿Dónde con más amor?..... ¿Dón- de con deseos más vivos de ser todo nuestro?..... Los inspirados acentos del profeta Rey vienen aquí muy al caso: Memoriam fecit mirabilium suorum mi- sericors et miserator Dominus. Ha hecho como un memorial y compendio de sus maravillas, el compasivo y misericordio- so Señor..... Más que las maravillas de la creación, más que los prodigios de la Redención, más que todas las dilata- ciones de su corazón, pregona este Sa- cramento, el amor de Jesús para: con nosotros... Si la caridad es el don de sí mismo, considera qué don más grande y regala- do y qué caridad más sincera y sublime puede haber, que el don y caridad euca-