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La Sagrada Comunión. 34 rientes, bienhechores y amigos, las más desamparadas y las más devotas del San- tísimo Sacramento. Adoro la santísima llaga de vuestro costado; por la sangre que por ella de- rramásteis, os recomiendo mi alma y mi cuerpo; dentro de esta llaga quiero yo pasar toda mi vida: Ella ha de ser mi habitación perpetua, dentro de ella quie- ro expirar y ser juzgada, confiando fir- memente que no tendreis valor para arrancar mi alma sacándola de vuestro divino costado, para arrojarla en las eternas llamas del infierno. Oración que repelía con gran fervor San Jgnacio de Loyola. Alma de Cristo, santificame. Cuerpo de Cristo, sálvame. Sangre de Cristo, embriágame. Agua del costado de Cristo, purifiícame. Pasión de Cristo, confórtame. ¡Oh mi buen Jesús! óyeme. Dentro de tus llagas, escóndeme. No permitas que me aparte de tí. Del maligno enemigo, defiéndeme,
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