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La Sagrada Comunion. 209 por indigna que soy de recibiros, si decís una sola palabra quedaré purificada. Oración 4 Nuestra Señora. ¡Oh purísima é inmaculada Madre de Jesús! Tengo de hospedar en este instan- te á aquel mismo Dios que quiso encar- nar en vuestro castísimo seno; Vos, para que fuéseis digna morada suya, fuisteis preservada de todo pecado; ¿permitireis, pues, que ahora le reciba yo con un al- ma manchada todavía com algun afecto ála culpa? Nolo permitais, Señora; tened compasión de mi miseria, sino por mí, que tan descuidadamente os he servido siquiera en atención al honor de vuestro Hijo y á fin de que sea recibido menos indignamente por mí; ofrecedle vuestra pureza, humildad, caridad y toda la pre- paración que Vos le hicisteis para alber- garle al tomar El carne en vuestras en- trañas purísimas, y al acercaros depués á la sagrada mesa. Angel mío, custodio fiel, no me atrevo á acercarme á la mesa celestial; guiame y condúceme tú; sugiéreme los actos de

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