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La Sagrada Comunión. 297 los hombres justos todavía no sería me- recedora de recibiros;? cuanto mayor se- rá mi indignidad hallándome tan llena de malas pasiones, de hábitos perversos, de ingratitudes y miserias? ¡Ah Señor ¡yo no soy digna de recibiros. AHfectos de ofrecimiento. Qué puedo hacer yo, pues, que supla mi indignidad, Señor mío y Bien mío. Os ofrezco ¡oh divino Jesús! la santidad, el amor, el fervor con que os han recibidoy reciben las almas más amadas vuestras. Os ofrezco aquellos ferventísimos actos con que os recibió mi amorosa Madre María cuando se acercaba á participar del Sagrado Banquete y aquella santidad inefable conque Vos mismo os recibistes en la última cena. Os ofrezco por mano de María, vuestra Madre y mía, esta comunión para honrar y glorificará toda la Santísima Trinidad, en memoria de vuestra acerbísima pasión y muerte en acción de gracias por los incomprensi- bles beneficios dispensados por Vos á la Virgen María y á todos los Santos.