BCCPAM000R02b-6-2300000000000

200. La Sagrada Comunion. y aún te dispongas para comulgar todos los días siguiendo el consejo de tu pru- dente confesor. En la comunión no solo se nos dá gracia como en los demás Sa- cramentos, sino al mismo autor de la gracia Jesucristo en cuerpo, alma y di- vinidad. Aquí la criatura recibe á su Criador, el vil gusanillo á un Dios omnipo- tente, el esclavo á su Señor, el redimido á su Redentor. El Unigénito del Padre, nos comunica las inefables riquezas de su amor, y une su carne inmaculada á la carne contaminada del que le recibe. El hombre se junta íntimamente con Je- sucristo y llega á vivir, por medio de esta unión, con la vida misma de su Re- dentor. Hecho partícipe y consorte de la naturaleza divina, limpio de sus manchas y adornado con todas las virtudes, el que lo recibe dignamente, puede decir que la fuerza de Dios es su fuerza, porque vive con su misma vida. z Para que la comunión produzca en nosotros tan saludables efectos, es ne- cesario que nos preparemos bien y puri- fiquemos nuestra alma, probándonosá nosotros mismos, como lo manda el Apóstol.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz